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Reconstrucción de Notre Dame

No es frecuente que uno pueda dibujar una línea clara desde el bosque hasta el lugar de la construcción. Cuando esto sucede, se demuestra la importancia de los árboles y de la industria maderera, no desde el punto de vista de la economía o la ingeniería, sino también desde la perspectiva de la cultura.

— Paul Iarocci

En abril de 2019, la famosa catedral de París, Notre Dame, sufrió un incendio que causó daños graves a la torre y al techo del edificio. La maravilla arquitectónica se construyó en el siglo XII en el lugar de un antiguo templo romano. Completada más o menos a mediados del siglo XIII, la catedral fue objeto de ampliaciones y decoraciones durante cien años más a partir de entonces. Sobrevivió a la Revolución francesa y se le realizó una restauración mayor en el siglo XIX en las décadas después de la publicación de El jorobado de Notre Dame en 1831. Incluso sobrevivió relativamente ilesa a las campañas de bombardeo aéreo de la Segunda Guerra Mundial.
Si bien las paredes están construidas principalmente con piedra, la estructura del techo y la torre están hechas de madera. Durante los siglos, las maderas del techo se fueron secando con el paso del tiempo. El fuego que comenzó en el ático destruyó la estructura superior, lo que requirió el esfuerzo hercúleo de 400 bomberos que lucharon contra las llamas, el humo y el plomo fundido que había formado parte del revestimiento. Las cuadrillas de bomberos tuvieron que tener cuidado de no aplicar agua al exterior por temor a romper la mampostería, por lo que, increíblemente, la mayor parte de la lucha contra el incendio se llevó a cabo dentro de la estructura.

Notre Dame es un edificio con un presupuesto de mantenimiento anual de millones. Se estima que los costos de reconstrucción se eleven a cientos de millones y, tal vez, a miles de millones de dólares. Incluso con el modelado 3D generado por PC y el uso de materiales de construcción modernos, el esfuerzo de reconstrucción puede prolongarse durante décadas.
Las vigas originales que sostenían el techo se fresaron a partir de robles macizos individuales. Los responsables de la reconstrucción manifestaron anticipadamente que esas partes de la restauración se completarían con materiales tradicionales. Por lo tanto, mientras que el titanio puede reemplazar el plomo, el gobierno francés se comprometió a suministrar madera de los mismos bosques de toda Francia, donde se talaron los 1300 árboles originales hace casi un milenio atrás.

SAS BERCE FOREST es una pequeña compañía familiar, propiedad de Denis Legeay. Trabaja junto a su hijo, Florent, y un empleado, Christophe Moreau, realizando tala mecanizada de madera blanda y cosecha a motor/manual de madera dura de alta calidad. SAS BERCE FOREST opera un skidder con garra 602 TCI* hecho por Tigercat, un segundo skidder, una excavadora equipada con un cabezal cosechador y un forwarder de doce toneladas métricas.
La compañía, con sede en Pruillé l’Éguillé, cerca de Le Mans, recibió el encargo de cosechar ocho robles del bosque de Bercé. Esta zona forestal de 5400 hectáreas (13 300 acres) ha sido un bosque de trabajo durante muchos siglos y es valorada a nivel internacional por sus robles de alta calidad que se utilizan para hacer barriles para la industria vitivinícola. Irónicamente, Denis ha enfrentado algunos desafíos comerciales también relacionados con los incendios. Durante los últimos dos años, los grandes incendios forestales de California han contaminado con humo muchos viñedos de Napa y Sonoma, dañado viñas o destruido la infraestructura por completo. Además, la cuarentena por la COVID afectó de forma negativa la producción vitivinícola y las ventas.

La Oficina Nacional de Bosques de Francia, propietaria del bosque de Bercé, es la responsable de la cosecha de árboles en Francia. La oficina colaboró con los carpinteros para seleccionar los árboles específicos que tenían que cosecharse en base a la longitud y la forma.

“Participé en el proyecto de la cosecha de árboles para la construcción de Notre Dame, con relaciones de larga duración con la Oficina Nacional de Bosques de Francia y también con la proximidad de la cadena montañosa que conforma el bosque nacional de Bercé”, comenta Denis. “Participamos en la cosecha de los primeros ocho árboles, así como en la carga de los troncos en los camiones en un convoy especial. Otros robles se cosecharon de otras zonas, con contratistas forestales locales”.
Los árboles de 300 años de antigüedad tenían, en promedio, 20 m (65 ft) de altura, con un volumen promedio de 15 metros cúbicos (aproximadamente 15 toneladas). El proceso de cosecha siguió la costumbre francesa. Primero, un arbolista trepó al árbol y quitó todas las ramas a mano. Luego, Denis utilizó sus dos skidders en tándem para levantar cada árbol completamente del suelo cuando lo transportaron al área de carga para evitar el daño. Esto es muy importante, dado que cada árbol se seleccionó cuidadosamente por su forma particular. La madera se trasladó a puntos estratégicos en el bosque de Bercé para facilitar la carga, la que se logró con dos grúas de elevación. Los árboles se cargaron en camiones de transporte especialmente adaptados a las largas longitudes y se entregaron a un aserradero especializado que pudiera albergar estas largas longitudes.

*Marca registrada, propiedad de Tigercat Industries Inc., utilizada bajo licencia.

Cosecha para el vino

Los hermosos bosques de madera dura de Francia contienen muchas especies de roble diferentes. El roble blanco con su grano fino y propiedades aromáticas es considerado una de las mejores especies para la producción de los barriles de vino. Los barriles de roble son lo suficientemente porosos como para permitir un poco de evaporación y oxigenación, pero no tanto como para arruinar el vino a medida que este envejece.

Florent Salladin es un vendedor de equipos de Clohse Group, el distribuidor de TCI con sede en Bélgica para Francia. Explica el proceso típico para cosechar robles para la industria de los barriles de vino. “Una persona se trepa al árbol para quitar las ramas”. Esto evita que la fibra de la madera se rompa y, de esta manera, dañe el tronco cuando se tale el árbol. “Esto no es muy extraño en Francia, en particular, en esta zona donde se encuentra madera realmente preciosa”, comenta Florent.

“Los robles en pie se pueden vender a más de 1000 euros por metro cúbico. Es verdaderamente caro”. Luego los troncos se cortan en tiras o duelas con una técnica especial para mantener la permeabilidad del aire. Después de muchos años de secado al aire, las duelas se calientan, doblan y ensamblan para hacer barriles.

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Con la plataforma 610, Tigercat y Clohse Group ayudan a diversos contratistas forestales franceses a completar variadas operaciones de arrastre, al tiempo que ofrecen un excelente apoyo posventa.