– Paul Iarocci
Clary Logging Inc., fundada en 1984 en Cordele (Georgia), y Tigercat han disfrutado de una relación estrecha de casi veinte años. En las palabras del propietario Robert Clary, “Hemos sido los primeros muchas veces a lo largo del camino”.
Robert atribuye a Charles Wright, gerente de sucursal de Tidewater, Thomasville la entrega de un soporte de servicio excelente a lo largo de los años. (De izquierda de derecha) Charles Wright, Robert Clary y Don Snively el día de la entrega.
Clary corrió el riesgo y compró el primer feller buncher 726 de producción en serie a fines de 1992. (El prototipo del 726 fue adquirido por Williston Timber anteriormente ese mismo año). En 1997 Clary Logging también compró el primer feller buncher 720B. La serie 720B fue el inicio oficial de la dirección mediante joystick para el feller buncher sobre ruedas. Posteriormente, Clary Logging compró el primer 630B, el primer skidder que se haya equipado con enfriamiento de flujo cruzado, en 1999.
La primera máquina Tigercat de Clary también fue la primera máquina de la producción en serie, un feller buncher 726 construido en 1992.
Avance rápido a septiembre de 2010. Robert Clary compró un feller buncher 720E que justamente era la máquina número 10 000 de la producción de Tigercat. Como si no hubiese sido suficiente, la adquisición marcó otro hito, la Tigercat número 50 propiedad de Clary Logging.
“Si hubiésemos usado cualquier otra marca durante ese período de tiempo, probablemente habríamos comprado el doble debido a la durabilidad del producto de Tigercat”, afirma el veterano contratista forestal. No creo que alguna vez hayamos puesto una sección central en una Tigercat. “Cuando encontramos un buen producto, intentamos mantenerlo”.
Robert Clary dice que el 720E con la sierra de acumulación 5600 es una combinación versátil para el primer y segundo raleo, y aplicaciones de tala rasa.
“Pusimos aproximadamente 19 000 horas en la primera producción del 726 en siete u ocho años. Algunos no se agotan. Mantenemos algunas máquinas más de 20 000 horas”. Clary reconoce que han tenido algunos problemas con las mangueras y que reemplazan los motores cada 10 000-11 000 horas pero “Sin duda, el motivo por el que estamos en el negocio hoy es debido a la durabilidad de las máquinas Tigercat”.
Robert está junto a Russell Brown (Hollywood), el operador de la máquina número 10 000, que es también la máquina Tigercat número 50 de Clary Logging.
Robert relata que recibe un excelente servicio y respaldo por parte de Tidewater Equipment en Thomasville, Georgia, y destaca al gerente de la sucursal, Charles Wright, por su excelente dedicación al cliente. “Charles realmente nos apoya y nos cuida. No alcanza lo bueno que pueda decir de él. Si tenemos una falla, es bueno para conseguirnos rápidamente una máquina sustituta y realiza actualizaciones o recordatorios, o lo que sea. Es muy buena persona. Si tenemos un problema, se ocupa rápidamente y sin demoras”.
Clary Logging dirige cuatro flotas separadas que están constituidas casi de manera idéntica. Cada flota tiene un feller buncher 720E, un solo skidder Tigercat de alta capacidad y un cargador 234 que incluye un 250B para trabajos de tala rasa en madera de gran tamaño. “Utilizamos todos los 720E, porque son muy versátiles y se puede realizar el raleo o cortar madera grande. Utilizamos el cabezal 5600 debido al raleo pero aun así podemos cortar madera grande”. Clary explica que el cabezal acumulador de gran capacidad es esencial en las operaciones de raleo para mantener la producción tanto del feller buncher como del skidder y evita embotellamientos costosos.
Don Snively, gerente de distrito de Georgia y Florida que entregó la primera máquina de Clary también entregó la máquina número 10 000.
Clary utiliza cinco skidders en total: tres 630C, el modelo de transición E620C y un 630D. “Nos gustan los skidders de mayor tamaño para nuestras aplicaciones”. Ambas máquinas más nuevas están equipadas con el asiento Turnaround. “Los operadores se están acostumbrando al Turnaround”, dice Clary y cita como ventaja principal que los operadores pueden dar marcha atrás por las hileras de raleo con mayor velocidad y comodidad.
Clary afirma que la economía de combustible del cargador 234 es excelente y que puede manipular la madera grande, pero para un número constante de madera aserrada prefiere tener a mano un 250B de mayor tamaño.
Las flotas de raleo están preparadas para producir doce cargas por día de forma constante y pueden alcanzar entre dieciséis y dieciocho, aunque la cuota generalmente no lo permite. Por lo tanto, cada flota tiene un promedio de entre 60 y 75 cargas por semana según la cuota, las condiciones de la madera y la disponibilidad.
“Antes de que se produjera la recesión, teníamos una flota dedicada solo a madera grande aserrada y luego teníamos tres equipos de (primer) raleo con un skidder, un feller buncher, un cargador y un Chambers Delimbinator”. Pero tanto las condiciones del mercado como los ciclos de rotación han afectado a Clary Logging de maneras muy significativas.
Clary explica: “El mercado de la pulpa es muy fuerte en esta zona. La desventaja es que no existe tanta cantidad de primer raleo como solía haber”. En este punto del ciclo de plantación y cosecha en la región que opera Clary cerca de Cordele, está llegando al mercado un alto número de trabajos de segundo raleo. “Y luego entras en este problema de la cuota con la astilla y la sierra”, explica Robert. “No hay mucha demanda de madera aserrada”.
En el caso de los cargadores, esto significó cambiar los desramadores con mayal de cadena por desramadores de tracción continua. De lo contrario, las flotas podían cambiar entre el primer y el segundo raleo sin interrupciones. “La madera que trabajamos hace seis o siete años nuevamente está para el raleo. Por eso realizamos gran cantidad de segundo raleo. Desafortunadamente, la demanda de madera no está allí. Predicen que el mercado [de viviendas domésticas] no volverá hasta el 2015. Es un pronóstico desalentador para la madera aserrada”.
Clary Logging utiliza transportistas contratados y además posee y opera catorce camiones Mack. La madera se adquiere a través de una compañía de compra de madera externa, Peach State Timber, dirigida por el socio de Clary, Eddie Biggers, que realiza un trabajo excepcional alineando la buena madera que se cortará. Posteriormente, Clary Logging traslada la pulpa de pino, parte de la madera dura, la astilla, la sierra y los troncos aserrados a una gran cantidad de aserraderos de la zona, entre ellos, Weyerhaeuser, Rayonier, Griffin Lumber Company y Gilman Paper Company.
Originalmente de Florida, Robert Clary se trasladó a Georgia en 1980 y comenzó a contratar a Empire Forest Products. Fue alrededor de esa época en que conoció a Eddie Biggers. “En cierto modo él se sentía frustrado y yo también, y pensamos en intentarlo por nuestra cuenta, entonces formamos una compañía maderera en 1984”, recuerda Robert. “Comenzamos con una flota y pasamos a tener varias. Es un negocio familiar. Trabajamos con nuestros hijos y nietos”. En un momento la cantidad de empleados llegaba a 70. Su hija Gina, que dirige la oficina, confirma que actualmente tienen una nómina de 34 empleados.
Clary Logging cuenta con una gran cantidad de empleados dedicados desde hace mucho tiempo. El operador Mark Thomas ha trabajado en la compañía durante 30 años y Russell Brown (Hollywood) durante 25 años. “Hollywood comenzó con el skidder en 1986. Está con nosotros desde que terminó la escuela secundaria”. El hijo de Robert, Toogie, operador del feller buncher de primera categoría que murió trágicamente en 2005, capacitó a Hollywood. “Toog vio algo en él que nadie más vio. Ahora es un muy buen hombre para el raleo. A muchos propietarios de tierra les gusta que él realice el raleo en sus terrenos”, dice Clary acerca de Hollywood, quien opera la máquina número 10 000.
Clary destaca que proporcionan un servicio a los propietarios de tierras. “Siento que tenemos una base de clientes bastante buena y se repiten muchos negocios. Realizamos un trabajo bastante bueno para los propietarios de tierras y nos piden de volvamos”.
Robert se enorgullece de que las flotas pueden trabajar de manera autónoma, y que logra altas tasas de producción a la vez que se proporciona un servicio de gran calidad. “Cada empleado sabe lo que se espera de él y se levanta a la mañana y lo hace. Eso es lo que se necesita”, afirma Clary. “Solo de vez en cuando debemos ‘tocar los controles’ por decirlo así.
“Nuestra filosofía es intentar estar preparados de modo que cada vez que haya una oportunidad, estemos listos. Solo porque el aserradero nos suspenda, no significa que nos vayamos a casa. Trabajamos más duro cuando estamos alcanzando la cuota. Intentamos prepararnos para el día siguiente o la semana siguiente. Intentamos estar listos antes de que el aserradero esté listo”.
Clary además es meticuloso con los registros, especialmente con respecto a los costos y los intervalos de mantenimiento. “Tenemos un registro de todo lo que se compra, se coloca o se utiliza. Intentamos cuidar bien los costos y controlamos el precio del combustible, el aceite y los neumáticos. Si vas a estar en el negocio, debes conocer los costos. Intentamos comprar el tipo de madera con que el podamos ganarnos la vida, realizar un buen trabajo, mantener el equipo y mantener satisfechos a los propietarios de las tierras. El trabajo duro mantiene todo como debe ser”.
Robert dice que la necesidad de ser más eficiente es continua dado que aumentan los costos de producción y los mercados se reducen en una economía deficiente. “Los aserraderos sufren y deben hacer lo posible por mantenerse en el negocio y eso se filtra hacia abajo. Debemos librarnos de eso y continuar haciendo lo que hacemos… Al final todo se resolverá”.
Clary reconoce que la industria ha cambio mucho durante su ocupación como contratista forestal profesional y comprende la importancia de adaptarse al cambio y de mantener el negocio diario en perspectiva.
“Era la época en que se podía usar un skidder y una topadora usada y obtener entre dieciocho y veinte cargas por día en cortes rasos mediante el uso de la topadora para mantener el cargador justo arriba de la madera”. Esto mantuvo las distancias de arrastre al mínimo indispensable, algo que no es posible hoy donde puede que el propietario de la tierra solo desee una sola cancha de acopio en una zona de 16,18 hectáreas (40 acres).
“El raleo es una actividad completamente distinta. Debes permanecer dentro de las filas y las hileras. Debes preocuparte por descortezar árboles y por la pudrición de las raíces. Y debes llevar bien la cuenta”, dice Clary, resaltando la importancia de contar con operadores buenos y capacitados. La mayoría de las zonas forestales de segundo raleo en las que trabaja Clary Logging se talan según un método seleccionado por el operador en función de la cantidad de árboles que quedan por hectárea que especifica el propietario de la tierra. El operador toma parcelas y separa los árboles, logrando recuentos altamente precisos.
En cuanto a la globalización, Clary admite que ha creado una competencia en el extranjero de bajo costo. Pero también ha ayudado. “Muchos mercados extranjeros desean productos derivados de madera que se ha trabajado y manejado correctamente, en lugar de solo cortes rasos. Es un gran factor en la venta del producto final”.
¿Y qué hay de la biomasa? “Tengo sentimientos encontrados con respecto a la biomasa”, afirma Clary. No estoy seguro de si nos ayudará o nos perjudicará. Definitivamente hará más competitivo el suministro de fibra. Quién sabe de dónde provendrá esa fibra. La madera para celulosa en nuestra zona ya es muy competitiva. Si existiera otro mercado, sería una buena salida pero es la misma situación…. Qué es peor, ¿tener una cuota grande y no tener madera o tener mucha madera y una cuota pequeña? La biomasa no es una solución mágica para todo el negocio de la madera. Se obtiene mucho dinero y préstamos del gobierno, y el dinero gratuito hace que mucha gente se suba al tren. Todavía resta ver si posteriormente puede ser autosustentable.
“No envidio a nadie que sea joven e intente ingresar en el negocio de la madera. Hay mucha incertidumbre. Va a ser difícil para nuestros hijos y nietos en cualquier negocio”.
Pero las fuertes convicciones y la concentración como un láser de Robert Clary es lo que finalmente atraviesa toda incertidumbre. “Somos Clary Logging y esto es lo que hacemos”, manifiesta claramente. “Trabajaremos todos los días tengamos cuota o no, tengamos madera o no, tengamos equipos o no. Eso es precisamente lo que hacemos y seguiremos haciendo. Si no tenemos cuota, apilaremos y cargaremos cada tractor que tengamos y lo llevaremos al depósito y cuando eso termine, decidiremos otra cosa”.